Barcelona Clásica: El experimento de "El señor de los anillos"

sábado, 10 de enero de 2015

El experimento de "El señor de los anillos"



La resaca navideña se plasma este fin de semana en la cartelera con un producto que, como si fuera un Guadiana musical, reaparece todas las temporadas varias veces al año, casi siempre con programas muy similares: los conciertos de bandas sonoras de películas.

Supongo que se trata de una fórmula de éxito: la gente va contenta a escuchar una música que no le da miedo, aunque la haya oído doscientas veces. Si además el concierto se programa entre enero y febrero, tenemos un regalo ideal para todos los públicos.

Así que no es casualidad que este fin de semana hayan coincidido varios conciertos de música de película: solo hace unos días que han pasado los Reyes.

Con los conciertos de bandas sonoras pasa como con los best-sellers de novela (o con cualquier otro producto cultural “pop”): su importancia va más allá de lo estético. Son fenómenos de masas que pueden enganchar a nuevos públicos a la música y la literatura. Por eso, aunque nos canse que programen una y otra vez el mismo concierto con el mismo repertorio y las mismas consabidas piezas, sí nos gusta ver las salas llenas.

Pero es especialmente de agradecer que, además de recaudar en taquilla, el concierto tenga alguna ambición artística especial. Es el caso de la OBC con El señor de los anillos. Obra de Howard Shore y ganadora de tres Óscars, todavía no se ha convertido en esa pieza inevitable de los programas de BSO que sí son, por ejemplo, ET o Titanic.

Veremos si hay reacciones de la crítica: en Madrid, esta misma semana, la Orquesta Nacional de España realizó el mismo concierto, con el mismo director (Shih-Hung Young) y la misma soprano (Clara Sanabras). Además de abarrotar la sala, convencieron al crítico Rubén Amón.

Además, la puesta en escena incluye proyecciones de la película, lo que, como dice Luis Martínez en su artículo en El Mundo, acerca la propuesta a la idea wagneriana de “arte total”.

Interesante, pues, que se recuerde a Wagner en el montaje de una obra sobre anillos y mitología nórdica. Seguro que, si el experimento se hace con la mismísima tetralogía, el Auditori no se llenaría como lo hará este fin de semana

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