Barcelona Clásica: Mireia Barrera, directora del Cor Madrigal: "No hablaría de regreso de la música sacra, pero es cierto que hay nuevos proyectos que antes no existían"

martes, 7 de abril de 2015

Mireia Barrera, directora del Cor Madrigal: "No hablaría de regreso de la música sacra, pero es cierto que hay nuevos proyectos que antes no existían"


“Un sonido flexible, limpio y redondo”: así define el sonido del Cor Madrigal su directora, la reconocida Mireia Barrera. La formación ofrece un concierto en el Palau de la Música el jueves 9 de abril, dentro del ciclo coral del Orfeó Català, con un nuevo homenaje a Arvo Pärt, en conmemoración por su 80 aniversario.

Mireia Barrera habla para Barcelona Clásica de los preparativos de este concierto, su experiencia con las obras de Pärt y sus proyectos, actuales y futuros. Cabe recordar que Mireia es una de las directoras de coro más prestigiosas que tenemos: ha sido directora titular del Coro Nacional de España, de la Capella de Música de Santa Maria del Mar y del Coro dela Orquesta Ciudad de Granada, y ha colaborado con las principales orquestas de España y Cataluña. Actualmente, además de dirigir el Cor Madrigal, está al frente del coro de la agrupación Barcelona Ars Nova, una experiencia de misas polifónicas en oficios reales.



Barcelona Clásica: ¿Cómo surge el proyecto del concierto de Arvo Part?
Mireia Barrera: Es un encargo del Palau de la Música. El Cor Madrigal participa cada año en el ciclo coral del Orfeó Català y este año nos pidieron que presentáramos un repertorio basado en Arvo Pärt, por la celebración del 80 aniversario del compositor. Y yo he pedido la colaboración de Juan de la Rubia, a quien conozco desde hace años y con quien mantenemos una buena química.

B.C. ¿La inclusión de obras de Bernat Vivancos y de Britten es también sugerencia del Palau?
M.B. Sí lo ha sido en el caso de Vivancos,  el “compositor residente” de esta temporada. El Palau también me ha aportado el título general del programa: “Minimalismo espiritual”. La pieza de Britten la he añadido yo, porque creo que no está muy lejos del resto del repertorio.

B.C. ¿No da miedo afrontar un programa con obras tan exigentes, y más después del excelente concierto especial sobre Arvo Pärt que realizaron el Latvian Radio Choir y el Orfeó Català recientemente?
M.B. Miedo, ninguno. Un concierto como este es una oportunidad para acercarnos a un compositor tan relevante como Part y contribuir a difundirlo.     

B.C. Durante tu carrera, ¿has trabajado mucho las obras de Part? 
M.B. La música de Part siempre me ha venido por encargo, por parte de instituciones distintas, así que he acabado trabajándola bastante. Y es un compositor muy programado en todas las salas de conciertos.   

B.C. Con esta popularidad creciente de Arvo Pärt, Bernat Vivancos y compositores similares, ¿crees que puede hablarse de un retorno de la música sacra? Cabe recordar que estás al frente del coro de la asociación Barcelona Ars Nova, que recupera misas polifónicas antiguas con gran éxito. 
M.B. No me atrevería a decirlo así. Sí es verdad que han aparecido algunos proyectos nuevos que combinan canto coral y música sacra, pero no creo que se trate de algo generalizado. Aunque lo cierto es que son proyectos que antes no existían.  

B.C. ¿Qué próximos proyectos vas a abordar con el Cor Madrigal?
M.B. Colaboraremos con el Auditori con el ciclo de conciertos de las cantatas de Bach y también tenemos que empezar a preparar un importante proyecto en el extranjero de la próxima temporada. 

B.C. ¿Y qué otros proyectos tiene Mireia Barrera, además de la dirección del Cor Madrigal y del coro de Barcelona Ars Nova? 
M.B. Esta temporada vuelvo a estar invitada a dirigir el Coro Nacional de España, del que fui directora, con un programa titulado “Revoluciones”, compuesto por compositores rusos, estonios y finlandeses y piezas como la Suite de Lorca.

B.C. ¿Volverías a dirigir un coro de fuera de Cataluña, sea en España o en Europa?
Dependería de las condiciones. En el momento en que dejé el Coro Nacional se daban unas condiciones que entonces no podía asumir. Pero las cosas cambian y, de entrada, no diría que no.

                                

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