Cristina Sánchez |
Nacida en la localidad de Elda, Cristina ha estudiado canto en el Conservatorio Profesional de Música de Elche, en el Conservatori Superior del Liceu de Barcelona y en la ESMUC, y ha recibido consejos de algunos nombres de primera línea de la ópera,como María Bayo, Mirella Freni o Jaume Aragall, entre otros. En su currículum también destacan premios en varios concursos líricos.
Así nos resume la propia Cristina su trayectoria y su especial forma de entender el canto y el arte en general.
Barcelona Clásica: ¿Cómo te inicias en el canto? ¿Por tradición familiar?
Cristina Sánchez: Mi gusto por la música y, en concreto, por el canto viene desde muy niña. En mi casa, escuchábamos mucha música, pues mi madre, que siempre tuvo una voz prodigiosa, adoraba cantar. A su vez, su padre había aprendido de forma autodidacta a tocar la bandurria y era admirable cómo sacaba de oído cualquier tonada popular. Con todos estos antecedentes, era muy difícil que no me inculcaran la pasión por la música y, de esta forma, empecé a estudiar en las escuelas de música de mi ciudad.
B.C. ¿Hubo algún momento clave en el que decidieras que serías soprano profesional, o fue, más bien, un proceso gradual?
C.S. Diría que fue un proceso gradual. Las ganas de cantar, aunque al principio era solo por afición, me llevaron a querer aprender a utilizar la técnica. Conforme avanzas en el estudio, los pequeños logros del día a día te producen tanta felicidad que te animan a mejorar más, hasta que, al final, acabas cantando en un auditorio ante cientos de personas.
B.C. Has podido trabajar y formarte con grandes nombres de la lírica. ¿Cuáles te han influido más y qué destacarías de ellos?
C.S. Me siento muy afortunada porque, a lo largo de mi formación, he contado con la experiencia y consejos de extraordinarios cantantes. Es difícil destacar alguno en concreto, pero diría que María Bayo y Ofelia Sala son las que más luz han arrojado a mi técnica y forma de interpretar. Además, son “Maestras”, con mayúsculas, pues, para mí, un maestro de canto es una especie de gurú que te guía en el camino y se implica con la causa del alumno: algo puramente vocacional y nunca por obligación. Siempre he pensado que un gran artista ha de ser indiscutiblemente una gran persona con todas las cualidades que engrandecen a un ser humano. Si falta esto último, se habrá podido llegar muy alto, pero no se tendrá grandeza de artista. En este sentido, María Bayo y Ofelia Sala son, para mí, un referente.
Cristina Sánchez |
C.S. La temporada de conciertos del Sopars Lírics se encuentra muy consolidada por la buena acogida de público que tiene. Además, da la oportunidad a cantantes, algunos noveles y otros con una trayectoria destacada, de mostrar buena parte de su talento y ser escuchados por algunas personalidades de la lírica que a menudo son invitadas al evento.
En mi opinión, la sala es idónea para el juego escénico, una cuestión que he querido tener en cuenta a la hora de elegir el programa. He seleccionado aquellas obras del repertorio italiano y español que más se ajustan a mis cualidades vocales. Me gustaría conectar con el público para “alimentarme” de esa atmósfera mágica que se crea y poder transmitir todo un universo de emociones.
B.C.¿Podríamos decir que Mozart y la ópera italiana son tus especialidades? ¿Qué es lo más importante para ti a la hora de interpretar este repertorio?
C.S. Mozart es un bálsamo para las cuerdas vocales. Pero, aunque parezca fácil, resulta que no lo es tanto. Es precisamente en esta aparente sencillez donde reside toda su grandeza musical y su riqueza expresiva. Estos elementos, junto a una cuidada línea de canto, hacen aflorar esa intensidad mozartiana que sigue, pese al paso de los siglos, transmitiéndonos su mensaje.
En cuanto al belcanto, Rossini y Donizetti son los compositores que más he cantado. En esta época, la belleza de la línea melódica jugaba un papel importantísimo en el proceso compositivo. Fue la época por excelencia de los cantantes y, por ende, de la voz, y por este motivo resulta tan gozoso interpretar este repertorio. La voz se expande y se proyecta plena, en todo su esplendor.
B.C. ¿Te ves en el futuro ligada sobre todo a la ópera o también te llaman la atención otros géneros, como el lied o el oratorio?
C.S. Cualquiera de estos géneros cuenta con grandes obras. He tenido el placer de cantar piezas de todos ellos, primero como parte de mi formación académica y después de forma profesional. Siempre me han dado grandes satisfacciones. He podido cantar ópera en teatros como el Campoamor de Oviedo; he tenido el privilegio de ofrecer recitales de lied junto a grandes repertoristas, como Veronique Werklé, actual maestra repertorista del Gran Teatro del Liceo; y, recientemente, he interpretado obras del repertorio sacro, como el Stabat Mater de Pergolesi, con críticas favorables por parte de la prensa. Así que, con toda probabilidad, seguiré cantando estos diversos géneros en un futuro.
B.C. Tu formación y tu trayectoria profesional han estado muy ligadas a Valencia y Barcelona. ¿Te planteas dar el salto a nivel internacional?
C.S. Un cantante inicia su andadura profesional principalmente donde más contactos tiene, que suele ser en su propio país. Indudablemente, es conveniente, e incluso necesario, salir al extranjero. Por este motivo, han sido varias mis incursiones en países vecinos, como Italia, donde he recibido consejos de Alberto Zedda en el plano musical o Mirella Freni en el vocal. Además, recientemente, he ofrecido un recital de música española en Cagliari (Cerdeña) y no descarto regresar pronto, aunque, por el momento, no puedo adelantar nada más.
B.C. ¿Algún sueño cumplido y algún sueño por cumplir?
C.S. Nunca he sido muy soñadora. Mi único propósito en la vida es ser feliz: nada extraño, pero tampoco sencillo. Y, sobre todo, quiero seguir mejorando y avanzando, porque esto es una carrera de fondo donde no llega ni el más rápido ni, por supuesto, el que se rinde antes, sino el que persevera. Nunca se deja de estudiar, ni de perfeccionar la técnica. A partir de ahí, disfrutaré de lo que se vaya presentando en cada momento.
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