Barcelona Clásica: "Quartett", la ópera para "voyeurs": sexo, blasfemia y música electrónica

martes, 21 de febrero de 2017

"Quartett", la ópera para "voyeurs": sexo, blasfemia y música electrónica

Allison Cook  Foto: A. Bofill
Por Xavier Llisà

No sabemos si será coincidencia eso de programar la obra más tecnológica y rompedora de la temporada coincidiendo con el Mobile World Congress. Lo cierto es que del 22 de febrero hasta el 3 de marzo, en cinco únicas funciones, el Gran Teatre del Liceu nos ofrece la posibilidad de escuchar y, especialmente, ver Quartett, una ópera del compositor y libretista italiano Luca Francesconi, nacido en Milán en 1956. O sea, un compositor vivo y en activo. Él mismo estará presente en el Gran Teatre el día 22, fecha del estreno.

Quartett es una producción del Teatro alla Scala de Milà, donde tuvo lugar el estreno mundial el 26 de abril de 2011. Después de Milán, la obra ha recorrido, con notable éxito, los teatros operísticos de Viena, Amsterdam, Lille, Lisboa y Buenos Aires. En Españal, la primera representación tiene lugar en Barcelona, cosa que parece lógica, ya que la obra se gestó en esta ciudad, a raíz de unos contactos iniciales que tuvieron, en el propio Liceu, Luca Francesconi y el director de escena Alex Ollé, de La Fura dels Baus, a propósito de unas jornadas de Opera Europa. Francesconi se interesó por el trabajo escénico de Ollé en otra producción contemporánea: Le Grand Macabre, de Ligeti, que había visto hacía poco tiempo en Roma.


La trama central de Quartett es la historia de dos examantes que se encuentran atrapados en un peligroso juego de seducción, que acabará llevándolos inexorablemente hasta muerte. Se basa en la obra publicada en 1782 de Pierre Choderlos de Laclos, La amistades peligrosas, reinterpretada en el teatro por el dramaturgo Heine Müller y llevada al cine con bastante éxito por Stephen Frears. En resumen, la marquesa de Metteuil propone al vizconde de Valmont seducir a Cécile, su ingenua y virginal sobrina. Pero él prefiere un reto superior: cautivar a Madame de Tourvel, una esposa religiosa y fiel. 

Robin Adams y Allison Cook  Foto: A. Bofill
En todas las producciones (también ahora en el Liceu), los personajes han sido interpretados por dos cantantes escoceses: el barítono Robin Adams (en el rol de viconde de Valmont aunque también se transmuta en Madame de Tourvel) y la mezzosoprano Allison Cook (en el papel de marquesa de Merteuil; también se transforma en Valmont y en la ingenua Cécile de Volanges).  El montaje corresponde a La Fura dels Baus: Fran Aleu es responsable del vídeo; Lluc Castells, del vestuario y Alfons Flores, de la escenografia. 

Como indicábamos al principio del texto, en esta ópera es más importante la imagen y el texto que la propia música. Los cantantes interpretan toda la obra metidos dentro de una caja metálica suspendida en el centro del escenario, que pesa 2 toneladas y se sostiene mediante unos 600 cables de acero de 3 milímetros. El espacio tiene unas dimensiones aproximadas de 28 metros cuadrados. La escenografía busca continuamente crear una atmósfera de aislamiento de la pareja/cuarteto protagonista respecto al mundo real, de forma que la caja se convierte en el marco, cada vez más claustrofóbico y angustioso, de unas complejas relaciones plagadas de sexo explícito y alusiones religiosas más allá de lo irreverente.

Inside y Outside  Foto: A. Bofill
Pero hay más. La caja metálica en la que están los protagonistas, representando a una burguesía decadente y aislada de la realidad, la denominan los escenógrafos de la obra "INSIDE". Mientras, en el resto del escenario se suceden las imágenes de vídeo, que serían el OUTSIDE o subconsciente. Por encima de todo ello está el OUT, la naturaleza, que sigue su curso, prescindiendo del tiempo y de las situaciones particulares de los protagonistas.

Por si todo lo dicho hasta ahora no fuera suficiente novedad, Quartett se presenta con nuevos elementos. Por ejemplo, en esta ocasión oiremos dos orquestas. La clásica está situada, como es habitual, en el foso; la otra es una grabación hecha el día de su estreno absoluto en la Scala de Milano, con unos cien músicos, y acompaña todas las representaciones que se han hecho hasta la fecha. Por ello, el director musical Peter Rundel está obligado a un esfuerzo suplementario para combinar las dos orquestas: la del directo de la Orquesta del Liceu y la música pregrabada en Milán y tratada electrónicamente por el IRCAM de Paris (Institut de Recherche et Coordination Acoustique /Musique )

Por otro lado, la ópera Quartett será también la prueba piloto para un nuevo servicio Opera Touch, una iniciativa pionera en España que permite al público vivir una experiencia mas completa e interactiva durante la función. Se trata de unas gafas inteligentes que facilitan tener en un mismo campo de visión los subtítulos, el resumen argumental en tiempo real y la información sobre los artistas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario