Día grande hoy en el Palau de la Música, que recibirá al
director venezolano Gustavo Dudamel con las entradas totalmente agotadas desde
hace semanas.
Dudamel ya visitó Barcelona el año pasado y consiguió
semejante éxito que la dirección del Palau se apresuró a ficharlo de nuevo
para 2015 con doble concierto: el de hoy viernes, que presenta un programa con Beethoven y Wagner (a quien precisamente está dedicado el último disco de
Dudamel), y el de mañana sábado, con obras del compositor cubano Julián Orbón yde Gustav Mahler.
Joven, descarado e innovador, Dudamel apuesta por
transformar la música clásica en un espectáculo que atraiga a todos los
públicos. “Mi prioridad ha sido siempre abrir la puerta de la música clásica en
cualquier forma o manera en que me sea posible”, declara
en El País, diario que, por
cierto, ofrece
gratis la descarga del disco de Wagner. Si para eso tiene que poner a la
orquesta a bailar salsa, como hizo en el mismísimo Salzburgo, lo hace.
Por esas cosas que tiene la coordinación de programaciones
de la que ya hablábamos en otro post, la esperada actuación de Dudamel coincide
con la primera visita de la Orquestra del Liceu al Auditori, dentro de una
experiencia de intercambio entre ambas salas que se prolonga hasta el próximo
martes.
El concierto lo tiene todo: un programa atractivo (Schumann,
Falla y Brahms), un pianista especializado en este repertorio (Josep Maria
Colom) y un director admirable (Josep Pons). El único fallo es endosarles la
responsabilidad de contraprogramar a la actual estrella mediática de la clásica,
presente en la misma ciudad el mismo día y a la misma hora.
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