Barcelona Clásica: Marta Mathéu, soprano: "Primero soy músico y, después, cantante"

domingo, 18 de octubre de 2015

Marta Mathéu, soprano: "Primero soy músico y, después, cantante"

Foto: Marta Mathéu
La soprano tarraconense Marta Mathéu es la encargada de abrir, este martes día 20, el ciclo "Intèrprets Catalans" en el Palau de la Música. Acompañada de Francisco Poyato, Marta ofrecerá un repertorio de canciones de Enric Granados y otros músicos contemporáneos.

Marta nos explica cómo ha planteado este concierto, que supone un reto más allá de la música, con un alto componente de interpretación. Asimismo, repasa con nosotros su trayectoria, en la que se combinan la colaboración con músicos como Jordi Savall con premios de renombre y una labor docente en el Palau de la Música y en el Conservatorio del Liceu. 

Barcelona Clásica: ¿Cuáno empezaste a familiarizarte con el canto?
Marta Mathéu:
Mi abuelo cantaba en casa y mi padre también tenía afición. A los 3 años me regalaron un órgano de juguete y a los 6 años yo ya sacaba de oído algunas canciones. Así que, como mostraba toda esta inquietud musical, a los 8 años me apuntaron a una coral y a una escuela de música de Tarragona, mi ciudad. Pero a mí me gustaba sobre todo cantar: con 8 años, ya cantaba el Ave Maria de Gounod.

B.C. ¿Ya empezaste a hacer conciertos a esa edad?
M.M
. Como solista, no. Me recomendaron hacer clases de canto, pero a partir de una edad más avanzada. Mientras tanto, estudiaba en el Conservatorio y hacía también piano. Mi primer concierto en público fue a los 19 años.

B.C. Suponemos que tu etapa de formación dejó un buen recuerdo, porque ahora eres tú la profesora...
M.M.
El hecho de poder ayudar a otros de la misma manera que me han ayudado a mí en el pasado lo siento como un deber. Me he encontrado con profesores como Ana Luisa Chova, una señora que se ha dado al 100% a la enseñanza y de la cual aprendí a escuchar de verdad. Ahora, ser yo la que enseña me nace como persona.

Foto: Marta Mathéu
B.C. ¿En qué instituciones das clases?
M.M.
Formo parte del equipo de profesores del Palau de la Música. Llegué casi por casualidad. Un amigo forma parte del Orfeó Català y me pidió clases de canto. Después, otros compañeros suyos también me lo pidieron y desde el Palau de la Música me ofrecieron ser parte del equipo de profesores. Para mí, fue como volver a tener contacto con el mundo coral, mis orígenes, pero con los conceptos más claros. Y este año he empezado a dar clases en el Conservatori del Liceu. Es otro tipo de formación, más estructurada.

Este verano he tenido también una oportunidad fantástico en la Universidad Nacional de Colombia, en un curso de verano de tres semanas en el que hemos podido ver una gran evolución de los estudiantes.

B.C. ¿Es importante que un cantante tenga formación musical, como la has tenido tú?
M.M.
Sí. Me he encontrado con cantantes que apenas podían afinar si alguien no les ayudaba. Yo primero me considero músico y, después, cantante. Pero hoy los cantantes tienen prisa por salir a los escenarios de los teatros y, a veces, se prefiere debutar lo antes posible, aunque la formación no esté completa. Yo pienso que la precocidad no es tan importante: si tienes dominio del instrumento, de la voz, con técnica y madurez se puede modelar una gran carrera.

B.C. En el año 2008 fuiste la segunda clasificada en el Concurs Francesc Viñas de canto, en una edición en la que el primer premio quedó desierto. ¿Qué aportó este éxito a tu carrera? 
M.M. El Concurso Viñas supuso un punto de inflexión. Yo estaba en el último curso de Grado Superior e iba al certamen a probar. Mi sorpresa es que me clasifiqué en todas las fases. No fue solo un premio: fueron seis. Tardé meses en asimilarlo. Y, por fin, esta Navidad, unos cuantos años después, volveré al Liceu con El Pessebre, de Pau Casals.

B.C. Del año pasado, recordamos tu actuación en la histórica "Pasión según San Mateo" de Jordi Savall, como primera soprano. 
M.M. Para mí, la colaboración con Jordi Savall fue un sueño hecho realidad. Hice la audición con él prácticamente fuera de plazo y cuando me dijeron que me habían seleccionado pensaba que era para formar parte de la coral. ¡Y estaba contentísima! Después resultó que era como primera soprano solista. Y ahora me ha vuelto a llamar para un concierto en Lucerna, en Suiza, que haremos próximamente.
Foto: Marta Mathéu

B.C. ¿Qué quieres mostrar con el concierto en el Palau de la Música?
M.M.
Es el primer concierto del ciclo de "Intèrprets Catalans" de la temporada que commemora a Enric Granados. Desde el Palau me ofrecieron que lo podía enfocar como considerara, y he elaborado un repertorio de música española con canciones de Granados y otros contemporáneos, como Turina, Vives o Falla. Creo que es un “programón”. Mi reto será ofrecer con la interpretación los diversos estados anímicos de las protagonistas de las canciones, "las majas", y el contraste con el sentimiento lírico de las amatorias.

B.C. ¿Cómo se puede utilizar la puesta en escena en la música clásica?
M.M. El escenario siempre me ha agradado. Hay gente que en el escenario se crece y a mí me pasa. La suerte de los intérpretes es que son el último escalón antes de enseñar la música al público, y quienes escuchan son los jueces. Aplaudirán solo si les gusta lo que ven. Y yo quiero que aquello les llegue. En el caso de este concierto, se trata de recuperar aquel "lenguaje de antes", con el que las mujeres comunicaban sin decir nada abiertamente, con miradas y un poco de picardía.

B.C. Después del concierto en el Palau de la Música, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
M.M. El más próximo es el papel de la Condesa en Le Nozze di Figaro de los Amics de l’Òpera de Sabadell, y me siento muy ilusionada. Bach y Mozart son mis compositores favoritos. ¡Si solo pudiera cantar cosas de ellos!

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