Barcelona Clásica: disPLACE: el drama de los desahucios ya tiene su ópera

martes, 20 de diciembre de 2016

disPLACE: el drama de los desahucios ya tiene su ópera

Elena Copons y Sébastien Soul protagonizan disPLACE. Foto Nick Mangafas
El Arts Santa Mónica acoge el miércoles 21 y el jueves 22 de diciembre las dos únicas funciones en Barcelona de la ópera de cámara disPLACE. Se trata de una obra producida por WinerTheaterTage de Viena, en colaboración con Òpera de Butxaca i Nova Creació de Barcelona. 

El equipo de disPLACE mezcla artistas internacionales y catalanes. La obra, con dirección escénica de Peter Pawlik, está interpretada por la soprano Elena Copons y el barítono Sébastien Soul. La parte instrumental corre a cargo del Ensemble PHACE de Viena, dirigido por Vinicius Kattah. disPLACE se estrenó en el festival Musiktheatertage de Viena y está previsto que se represente en 2017 en Madrid, en los Teatros del Canal, dentro de la temporada del Teatro Real.

También se trata de la segunda colaboración de los compositores Raquel García-Tomás y Joan Magrané, los cuales ya escribieron juntos el proyecto Dido Reloaded, programado hace dos año en el Teatro Libre. Según Joan Magrané, esta experiencia previa ha sido muy beneficiosa para disPLACE, ya que, a pesar de trabajar por separado, los creadores han conseguido "dar al resultado final un velo de mayor coherencia y fuerza escénica".


La autora del libreto, la dramaturga Helena Tornero, recibió el encargo de escribir dos historias que trataran el mismo tema desde perspectivas opuestas, ya que dos compositores diferentes -Joan Magrané Figuera y Raquel García-Tomás- pondrían música en cada parte por separado.

Elena Copons, en disPLACE
Tornero optó por escribir dos historias independientes, separadas en el tiempo, pero conectadas por el hecho de desarrollarse en el mismo espacio: un piso en el centro de Barcelona. Como explica el compositor Joan Magrané, se trata de "dos historias cerradas en sí mismas, pero que comparten muchas cosas, como se puede ver a medida que la trama avanza". En la primera de ellas, una mujer se plantea romper su relación de pareja justo cuando el hombre quiere pedirle matrimonio.

En la segunda historia, ambientada unos años antes del episodio anterior, una joven pareja recoge sus cosas porque está a punto de ser desahuciada. Raquel García-Tomás, la encargada de poner música a esta parte, explica cómo ha buscado expresar los sentimientos de los personajes: "Su casa es una casa viva, llena de recuerdos. La música es orgánica y expresiva a grandes rasgos. El uso de la electrónica potencia esta idea de "recuerdos" o "experiencias pasadas" mediante la incorporación de sonidos grabados en mi casa, como sonidos de objetos de cocina o papel de libro, que configuran la base rítmica de mi parte ".

Una reflexión sobre problemas de la actualidad

Un elemento muy interesante de las obras de nueva creación es que, para el público, resulta más fácil entender las referencias a la actualidad, una característica esencial en cualquier arte. En la ópera y la música clásica, sin embargo, este factor parece habitualmente complicado, porque las obras tienen como mínimo cien años de historia y, inevitablemente, se pierde parte del contexto.

En el caso de disPLACE, la reflexión sobre problemas actuales es la gran protagonista. La obra trata los temas de la especulación inmobiliaria, los desahucios y la llamada "gentrificación", es decir, el proceso por el que el barrio de una ciudad se vuelve una "zona de moda", a costa de dar la espalda a sus habitantes de siempre.

Sébastien Soules, a disPLACE
Para Magrané, "realmente esto fue un gran hallazgo de Helena, ya que hace girar por toda la obra la sombra del drama de los desahucios sin hacer de ello en absoluto un panfleto o algo demasiado evidente o naïf ". De hecho, en su opinión, "lo que vemos son dos historias de dos parejas, con sus "tira y aflojas" o su total conexión, que ven sus vidas alteradas por la realidad del día a día".

Esta reflexión sobre la actualidad, ha sido, en palabras del compositor, "un gran reto". Y nos lo explica así: "Normalmente el trabajo del compositor es totalmente individual e incluso muy recluido en el mundo poético de cada uno y alejado de la vida cotidiana y de cosas tan y tan actuales. Pero, más que un reto, esto ha sido una oportunidad para abrir nuevas puertas a nuestro trabajo creativo ".

Para García-Tomás, "el reto fue conseguir representar una escena naturalista dentro del lenguaje operístico y ver cómo se comportarían las voces en relación al entorno sonoro creado por la viola, el cello y la electrónica".

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