¿Qué relación hay entre Johann Sebastian Bach y Barcelona? ¿Y con Mozart? ¿Y Wagner? Este es el tema que el periodista Cesc Avilés explora el nuevo libro Barcelona melómana, publicado por Angle Editorial.
Si ya es interesante encontrar un libro que habla de la historia de la música clásica en Barcelona, todavía resulta más reconfortante conocer los motivos por los que Cesc Avilés ha embarcado en esta idea: "Me gusta mucho la música clásica, desde pequeño, y la editorial, especializada en libros sobre Barcelona, me pidió este proyecto, ya que ven que la música clásica comienza a tener más espacio en los medios de comunicación. La oferta de conciertos crece y también es más asequible, y creo que este mundo se está volviendo menos endogámico", explica.
Para Avilés, una de las claves de este fenómeno es la televisión y, especialmente, los programas de Ramon Gener: "No sé si han conseguido más nuevos espectadores de ópera, pero si ha hecho, al menos, que la gente no se asuste. Y eso ya es mucho".
Lo cierto es que el libro tiene el mismo espíritu que los programas de Gener: hablar de música al público general, no experto. Y con este enfoque, accesible para todos, Avilés repasa la recepción que los grandes compositores de la historia han tenido en la ciudad, algo que esconde verdaderas sorpresas.
Por ejemplo, Mozart. "Mozart es el compositor que cualquier persona, aunque no sepa nada de música, conoce. Pues bien; aunque en Barcelona se vio la primera ópera de Mozart sólo seis años después de su muerte, su música quedó absolutamente olvidada durante el siglo XIX, lo que demuestra cómo los gustos del pasado son totalmente diferentes de los actuales ", explica el autor.
Cesc Avilés, autor de Barcelona Melòmana |
Johann Sebastian Bach es otro ejemplo de este hecho. En Alemania, el descubridor de Bach en el siglo XIX fue Félix Mendelssohn. En Barcelona, este descubrimiento también lo protagonizó otro músico ilustre: "Pau Casals encontró en una librería de la calle Ample las partituras de las Suites para violonchelo. Sorprende que esa música se considerara apta sólo como material didáctico, pero no para ser interpretada en un auditorio. Y sorprende también que a alguien como Gaudí no le gustara la música de Bach ", nos comenta Cesc Avilés.
De todos modos, el compositor alemán tuvo una gran importancia en el desarrollo de una institución musical clave en Barcelona: el Orfeó Català. "La obsesión por J.S. Bach de Lluís Millet, el fundador del Orfeó Català, y su intento de entender su espíritu para cantar sus obras fue fundamental para el Orfeó. Y también, gracias a su labor, el público comenzó a reconocer la música de Bach", asegura Avilés.
El libro analiza el tan conocido tópico de Barcelona como "ciudad wagneriana". En opinión de Cesc Avilés, "es indiscutible" esta pasión por la obra de Wagner, pero igualmente considera que es un hecho más cualitativo que cuantitativo: "En realidad, los wagnerianos son pocos, pero hacen mucho ruido. No se puede disociar el wagnerianismo del Modernismo catalán, y resulta que los que en ese momento tenían más poder, influencia y dinero eran wagnerianos ".
Para conocer en profundidad estas y otras anécdotas relacionadas con la Barcelona melómana, habrá que comprar el libro, que se puede adquirir directamente en la página web de la editorial. El precio es de 19,90 euros.
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