El Gran Teatre del Liceu estrena hoy la ópera Siegfried, de Richard Wagner, una obra
que siempre despierta expectación.
En Barcelona se han celebrado varias conferencias previas alSiegfried e incluso nuestros admirados Roger Alier y Marcel Gorgori le han
dedicado programas temáticos en el Històries de l’òpera que se pueden
recuperar en la web de la CCMA.
Pero, a modo de resumen, enumeramos las 10 cosas que es
imprescindible conocer antes de ir a ver esta ópera.
- Siegfried es la tercera ópera de la llamada “tetralogía” que lleva por título general El anillo de los nibelungos. En realidad es el segundo “capítulo” de la historia narrada por Wagner, porque El oro del Rin, la primera ópera del ciclo, se considera como una especie de prólogo. Para detalles del argumento, aquí tenéis la explicación oficial que ha realizado el Liceu.
- Wagner estuvo trabajando en la obra durante un largo periodo de 12 años, ya que interrumpió la composición de Siegfried para crear otras óperas: Tristán e Isolda y Los maestros cantores de Nuremberg. Sin embargo, como nos explica In fernem land, este paréntesis fue positivo, ya que aportó madurez al resultado final.
- La obra se estrenó en el Festival de Bayreuth en 1876, supervisada por el propio Wagner, quien realizó hasta el casting de cantantes. Llegó a Barcelona 25 años después, en 1900, y fue la segunda obra de la tetralogía en representarse en la ciudad. En total, se ha representado en Barcelona 102 veces. Aquí deberíamos mencionar que, a principios de siglo, Wagner era lo que las series de la HBO hoy: ese pasatiempo que todo el mundo adoraba por ser a la vez culto y entretenido. Y, en Barcelona, la fiebre por Wagner fue más intensa que en ningún otro lugar.
- La producción que llega a Barcelona continúa con la misma dirección escénica (Robert Carsen) y los mismos cantantes que las entregas de la tetralogía de Wagner presentadas en las dos últimas temporadas. El objetivo del Liceu es presentar el ciclo wagneriano al completo bajo una misma propuesta artística. Para el próximo año está programada El crepúsculo de los dioses, la última entrega del ciclo. La producción y los cantantes cuentan con el pedigrí de haber aparecido en el Festival de Bayreuth.
- Wagner no se inventó de la nada a Siegfried. El personaje es un héroe de la literatura y la mitología germánica, según las cuales desciende de Sigmund, el rey de los francos, y de Hjördis, y tiene la curiosa profesión de cazador de dragones. Protagoniza el Cantar de los Nibelungos, un poema anónimo del siglo XIII.
- Hay mucha simbología escondida tras los personajes: Siegfried simboliza el niño que se hace mayor; los enemigos, la consciencia de que no todo el mundo está de nuestra parte y debemos saber que existen cosas como la envidia o la mediocridad; el dragón Fafnir, la codicia y la inercia, pues no desea poseer el oro para utilizarlo, sino simplemente para tenerlo bajo su poder. El anillo, según esta interpretación, contiene la potencial creatividad y liderazgo que toda persona puede tener si consigue vencer al dragón de la pereza y la inercia.
- Como suele ser habitual, la producción de Robert Carsen no presenta héroes medievales, sino más bien un mundo apocalíptico que recuerda a Blade Runner (Josep Pons dixit). Carsen ha querido añadir una especie de mensaje conservacionista a su lectura del Siegfried: “Vivimos y sufrimos la destrucción de la naturaleza por la avaricia de poder. El agua escasea y la contaminamos, como la tierra y el aire. Wagner ya vaticinó que las leyes de la naturaleza y del ser humano siguen caminos divergentes y que nunca hemos entendido lo que la naturaleza nos daba. ¿Podemos seguir así?”.
- El fragmento musicalmente más célebre pertenece al segundo acto, cuando Siegfried conversa con un pájaro que le habla de Brunilda. Son los llamados “Murmullos del bosque”, que han sido objeto de numerosas versiones para otros instrumentos. Aquí tenemos una fabulosa versión para orquesta dirigida por Arturo Toscanini.
- Otro fragmento conocido es el dueto final de Siegfried y Brünnhilde, en el tercer acto. Los temas que en él aparecen fueron desarrollados por Wagner en una composición independiente llamada El idilio de Siegfried, que el músico creó como regalo de cumpleaños para su esposa, Cósima, e interpretó por primera vez en la escalera de su casa.
- Para Wagner, Siegfried fue tan importante que dio este nombre a su hijo. Siegfried Wagner fue el primer director del Festival de Bayreuth.
(Artículo escrito con la colaboración de Cristina Farré. Foto: Gran Teatre del Liceu)
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