Sobre el papel es el concierto de la semana, pero nosotros, fans declarados de la música coral, diríamos que es casi el concierto de la temporada. El Palau de la Música acoge el jueves 26 el monográfico sobre John Rutter, dirigido por el mismísimo compositor en persona.
Se trata de un verdadero hito para el Palau. John Rutter es toda una celebridad en Reino Unido, con encargos desde las más altas instancias, incluida la Familia Real. Pero, sobre todo, Rutter es una leyenda viva de la música contemporánea. Corales de todo el mundo y de todos los niveles interpretan sus piezas, y su Requiem suele tener tanta presencia en las programaciones como los otros grandes Requiems de los compositores clásicos y románticos.
Este jueves, John Rutter dirigirá a la Orquestra Camera Musicae, al Cor Jove y al Cor de Noies del Orfeó Català en un programa en el que destaca el celebérrimo Magnificat. Además, durante la semana hemos podido verle participando en un coloquio con Albert Torrens sobre su obra y su forma de entender la música.
Barcelona Clásica estuvo en este interesante acto, en el que Rutter fue interrogado repetidas veces sobre el secreto de su éxito. Esto fue lo que nos contó sobre la fórmula mágica para que su música guste a todo el mundo:
- ¿Por qué la gente recuerda una melodía y olvida otra? Rutter se mostró muy franco: “Pues yo no lo sé. Los compositores son como niños que intentan abrir un grifo: haciendo lo mismo, a veces sale y otras, no. A veces sale una melodía universal que consigue gustar a personas de todo el mundo; otras, no es así”.
- Rutter sí dio algunas pequeñas pistas de su forma de trabajar: “Por regla general, empiezo a componer con una idea pequeña. Por ejemplo, con el bajo. El bajo es el fundamento de la obra. La melodía, en realidad, es la pieza final que lo culmina todo”.
- Es partidario de trabajar con presión: “Los plazos son buenos para el trabajo del compositor. Ayudan a enfocar las ideas”, asegura. Rutter puso como ejemplo la famosa obra The Lord bless you and keep you (su número uno en reproducciones de Spotify), que fue compuesta en solo una semana, con motivo del homenaje a su fallecido profesor de música en el colegio.
- Lo que Rutter recomendó fue organizar bien el tiempo: “Hay que trabajar duro y de forma regular”. Compositores: a trabajar.
- ¿Y qué pasa si no siempre estamos siempre inspirados? “No podemos controlar el flujo de las ideas, pero sí preguntarnos continuamente si lo que estamos desarrollando tiene la calidad necesaria”, asegura John Rutter. “Lo que hay que hacer es respondernos sinceramente: ¿Lo puedo hacer mejor?”
- Y una vez compuesta la pieza, ¿cuál es el paso definitivo? Para Rutter, este fue la publicación de su obra: “Supuso pasar de ser un adolescente aspirante a compositor a un compositor publicado”. Además, Rutter reconoció que esta fase, ahora, gracias a Internet, es mucho más accesible para los jóvenes compositores que en su época, cuando dependía íntegramente de las editoriales.
- Sin embargo, Rutter asegura que la fortuna puede venir por los caminos más inesperados, y el compositor debe estar preparado para ello: “Publicar la obra, pero es como lanzar una barca al mar: no se sabe dónde irá a parar”. Él mismo explicó que, para su sorpresa, siendo todavía era un desconocido en su país, su música se hizo famosa en Estados Unidos y Japón.
- Rutter reivindicó el carácter absolutamente vocacional de la música: “Si todavía os estáis preguntando si la composición es vuestra vocación, dejad de hacerlo. La composición te escoge como forma de vida. No la escoges tú”.
- ¿Cuál es el mejor consejo para un joven compositor? Rutter fue así de contundente: “Escribe la música en la que crees”.
- Quizás solo sea una broma truculenta, pero Rutter especuló con ideas para su epitafio. Por ejemplo, le gusta: “Escribió como los ángeles”. Sin embargo, cree que esta fórmula se centra excesivamente en los aspectos técnicos y él defiende que, ante todo, la música es comunicación. Por eso se queda con esta otra frase: "Su música llegó al corazón de la gente”.
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