Decíamos en nuestro resumen de “Lo mejor de la semana” que estos días hay pocos estrenos. Afortunadamente, pocos no quiere decir “ninguno”, y continúan apareciendo novedades interesantes. Es el caso de los nuevos espectáculos de ballet que presenta la productora Promoconcert con El lago de los cines y El cascanueces, esos clásicos con música de Tchaikovsky que, por mucho que se repitan en la cartelera, siempre llenan las salas.
La principal novedad para el público de Barcelona es el lugar del espectáculo: ambas obras se representan en la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya. Protagonizada por el Royal Russian Ballet, la producción cuenta con más de 40 bailarines en escena, aunque no ofrece música en directo. Eso sí, según la organización, el espectáculo “captura toda la belleza y el drama del auténtico ballet romántico”.
La primera obra en programarse es El lago de los cisnes, que estará en el TNC del 12 al 15 de enero, con funciones diarias y, en el caso del sábado 14, con doble sesión (18 horas y 21 horas). Por su parte, El Cascanueces solo tendrá dos funciones, programadas ambas para el domingo 22 de enero. Las entradas, entre 42,5 y 55 euros, pueden adquirirse por la web o en las taquillas del teatro.
La historia de los ballets más famosos del mundo
El lago de los cines y El cascanueces son dos cuentos de hadas hechos música. El primero de ambos, considerado como el ballet más popular de toda la historia, se estrenó en 1877 en el teatro Bolshoi de Moscú y fue un rotundo fracaso.
Tchaikovsky no había escrito nunca antes música para ballet cuando aceptó el proyecto y lo hizo porque “necesitaba dinero y hacía tiempo que deseaba tratar de componer música de ese tipo”. En la composición, se valió de fragmentos de otras obras: un ballet basado en una leyenda alemana (de donde procede el nombre) y pasajes remodelados de sus óperas Odina y El Voyevoda.
El éxito no le llegaría hasta 1895, cuando se representó con una nueva versión en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, con coreografía firmada por Marius Petisa y Lev Ivanov. Desgraciadamente, Tchaikovsky, fallecido dos años antes, nunca llegaría a ver este éxito.
Todavía más tarde llegó la popularidad para El cascanueces, que ahora está considerado como el gran ballet navideño. En realidad, no fue hasta mediados del siglo XX, cincuenta años después de la muerte de su compositor, cuando las retransmisiones televisivas y la película de Disney Fantasía hicieron famosa la obra.
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