Fotografía: Raquel García-Tomás |
Esta tarde se presenta en Barcelona el primer concierto de
2015 de la serie de Residencias Musicales en La Pedrera, el emblemático edificio
construido por Antoni Gaudí en el corazón de Barcelona.
El artista seleccionado para el primer trimestre del año es
el clarinetista mallorquín Víctor de la Rosa, especialista en clarinete y clarinete bajo.
Víctor habla para Barcelona Clásica de lo que supone
participar en el ciclo de La Pedrera (del que se pueden comprar aquí las entradas), así como de sus próximos proyectos,
nacionales e internacionales, y de su pasión por la música contemporánea.
Barcelona Clásica: ¿Qué trayectoria has seguido hasta llegar a estas Residencias Musicales en La Pedrera?
Barcelona Clásica: ¿Qué trayectoria has seguido hasta llegar a estas Residencias Musicales en La Pedrera?
Víctor de la Rosa: Empecé en la escuela de música de Alcudia. A los
ocho años, me incorporé a la banda municipal y para mí fue muy importante estar tocando, desde tan pequeño, con un grupo de
gente que te va inspirando y animando.
El grado medio también lo estudié
en casa e incluso empecé el primer curso de grado superior en Palma, pero al
siguiente año me marché a Barcelona. Me interesaba mucho el proyecto de la Esmuc. Allí hice el grado superior y de
allí vienen la mayoría de contactos profesionales. Toqué dos años en el
Festival de Jóvenes Intérpretes del Auditori; también en el Festival de Músicas
Contemporáneas Nous Sons y en la Jove Orquestra Nacional de Catalunya.
Después me fui a estudiar un
master a Londres, donde vivo desde hace cinco años, pero siempre he mantenido
mucho contacto con Barcelona. Tengo un grupo de música contemporánea, Crossing Lines, y desde hace año y
medio, formo parte de un quinteto de cañas,
Barcelona Reed Quintet. A veces participo en conciertos con la Banda Municipal
de Barcelona. Y ahora llega esta residencia musical de La Pedrera, que supone
un gran salto por la notoriedad que aporta.
B.C. ¿Qué idea
general quieres presentar en esta residencia musical?
V. dl R. La residencia musical propone un concierto mensual, con
un artista residente distinto cada trimestre. La experiencia es acumulativa. El primer concierto está pensado para que
sea la presentación del artista. En instrumentos monódicos como el
clarinete, el concierto combina obras de clarinete solo con obras con
acompañamientos de piano, pero en los que la parte de clarinete es muy destacada.
Fotografía: Raquel García-Tomás |
Este primer programa presenta
como idea general lo que yo llamo “el clarinete virtuoso”, porque muestra todos
los registros que el instrumento puede aportar en registros, colores y estilos. El repertorio es contemporáneo. Yo he hecho mucha música contemporánea y
estoy muy orgulloso de haber participado en estrenos de nuevas obras. El
clarinete es un instrumento que, sobre todo, se ha desarrollado en el siglo XX,
y en el concierto de presentación necesitaba hacer un repertorio que fuera representativo de esta época: Kóvacs, con los homenajes a compositores muy diferentes (Bach, Debussy y Falla); Gershwin; Bassi y su "fantasía" sobre temas muy conocidos de la ópera Rigoletto o la variación de la melodía del "Carnaval" de Venecia, muy virtuosa en la versión de Giamperi que presento.
Los programas de los conciertos
de febrero y marzo son un poco más clásicos. En febrero, presentaré una
exploración del Romanticismo desde distintos puntos de vista, yendo más allá de
lo que lo que habitualmente se relaciona con este movimiento. El concierto de
marzo es una apuesta muy curiosa: trío de clarinete, soprano y piano. No es una
formación demasiado habitual, pero hay un repertorio fantástico.
B.C. ¿Qué
expectativas tienes para estas residencias musicales?
V. dl R. Quiero
tener una buena experiencia de concierto en un lugar emblemático como La
Pedrera. Valoro, sobre todo, la experiencia musical, porque es una oportunidad
para estar cerca del público con programas diferentes y mostrando vertientes
artísticas distintas.
A nivel personal, también valoro poder compartir escenario con otros músicos. En el primer
concierto me acompaña Carles Marigó.
Nos conocimos en Esm
uc y pudimos hacer algunos conciertos juntos, pero hace
muchísimo tiempo que no tocábamos juntos. Reencontrarme con él es una “superilusión”.
Para el segundo concierto, aunque con Óscar Caravaca mantenemos actividad regular conjunta, nunca
habíamos nos habíamos presentado juntos en Barcelona. Y en el concierto de
cámara destacaría el hecho de compartir escenario con María Hinojosa, que es una de las mejores cantantes jóvenes de hoy
en día.
B.C. ¿Influye en la
música el hecho de que un concierto se realice en un lugar tan especial como La
Pedrera?
V. dl R. Influye
mucho el saber que estás en un lugar tan conocido. Una vez allí, ya veremos si
influye en el directo. En cualquier caso, estoy viviendo con mucha intensidad
la preparación del concierto precisamente porque me impone respeto tocar en la Pedrera. No es cualquier sitio.
B.C. ¿En qué otros
proyectos estás trabajando?
V. dl. R. Afortunadamente, en muchos. Puedo decir que soy “freelance”.
Vivo en Londres y, sobre todo, colaboro con orquestas. Tengo un “trial” con la Philarmonia Orchestra,
que visita Barcelona a finales de mes y otro con la Royal Scottish Orchestra. Un “trial” es una fase de pruebas tocando
directamente con la orquesta que te proponen cuando has superado las pruebas
individuales. Es una experiencia increíble el tocar con una orquesta de este
nivel.
Por otro lado, mantengo la actividad con mis grupos. Crossing Lines tocó en el Auditori en
octubre y tendremos concierto en abril y mayo en el Centre d’Arts Santa Mónica.
Con Barcelona Reed Quintet, tendremos
conciertos por Catalunya con las Juventudes Musicales y preparamos un proyecto
para tocar en Madrid las “Variaciones Goldberg”, con la Fundación Juan March.
Fotografía: Raquel García-Tomás |
A nivel internacional, tengo un proyecto en Egipto, en el Festival de Música Contemporánea, con la
compositora Raquel García Tomás. Será un proyecto de nueva creación que mezcla
electrónica, vídeo, posiblemente algo de voz y, por mi parte, improvisaciones
con el clarinete y el clarinete bajo. Y pronto iré con la Mahler
Chamber en una gira por Asia, acompañando al pianista Leif Ove Andsnes para
presentar The Beethoven Journey, un
proyecto de todos los conciertos de piano que esta formación ha grabado para
Sony.
B.C. ¿Alguna grabación?
V. dl. R. No, de momento. Sí me gustaría hacerlo en un futuro próximo.
B.C. ¿También haces
docencia?
V. dl. R. Este año he empezado a dar clases en el Conservatorio Superior
de Música de les Illes Balears, tanto de clarinete como de repertorio
orquestal.
B.C. Tienes la visión de
músico con experiencia internacional y también la de docente. ¿Cómo está
planteada la docencia musical y, especialmente, la de la música contemporánea?
V. dl. R. Hay muy poca docencia de música contemporánea. Yo he
empezado ahora y tengo poquísimos alumnos. Los estudiantes de música no están
nada acostumbrados. Una de mis ideas es
que vayan experimentando y conociendo nombres y repertorio del siglo XX, porque
es básico, especialmente para un instrumento como el clarinete.
B.C. Tengo la teoría de
que la gente no tiene miedo a la música contemporánea, sino a la música que no
conoce. Recientemente, han hecho la música de la BSO de “El señor de los anillos” y se ha llenado el Auditori. ¿Qué se ha de hacer para que la música
contemporánea llegue más a la gente y dejen de tener miedo?
V. dl. R. Es cierto que en el público general hay miedo a todo lo que
no se conoce. Cuando vas a ver lo que conoces, parece que la música es más
gratificante. Recientemente tuve la experiencia de hacer un recital de
clarinete en un crucero y la misma compañía me pidió que fuera “algo fácil”. La
gente me comentó: “Ah, me ha gustado porque conocía todo lo que tocabas”. Vas a
ver “El señor de los anillos” y, como ya has visto la película, te gusta la
orquesta. A la gente se la ha
de animar a que conozca cosas diferentes, porque también se puede disfrutar con
lo que es desconocido.
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