Barcelona Clásica: Josep Colom: "Continúo cuestionándome todo lo que he aprendido"

viernes, 7 de octubre de 2016

Josep Colom: "Continúo cuestionándome todo lo que he aprendido"

Josep Colom
El lunes 10 de octubre, Josep Colom, uno de los pianistas catalanes más premiados internacionalmente, inaugura el ciclo Palau Piano en el Palau de la Música Catalana.

Nacido en 1947 en Barcelona e iniciado a la música desde que nació ("en casa se vivía el piano cotidianamente", recuerda), ingresó en la Ecole Normale de Musique, donde vivió el extraordinario ambiente del París del comienzo de los 70. Después llegaron numerosos premios en concursos de prestigio, como el Concurso Internacional de Santander (1978), un sólida discografía y una larga trayectoria de recitales y conciertos, orquestales y de cámara.

El pianista también ofrece clases magistrales en diversas instituciones, pero su visión de la música está bien lejos del academicismo. Más bien al contrario, declara estar viviendo una etapa de "liberación".

Por ejemplo, el programa del concierto del lunes, en lugar de separar pulcramente los compositores según su etapa histórica, alterna piezas de Chopin, Mozart y Bach para subrayar todo lo que une a estos tres músicos. Que es mucho más de lo que podemos pensar, como nos explica el pianista.

Barcelona Clásica: ¿Por qué relacionar en un mismo concierto Chopin, Mozart y J.S. Bach?
Josep Colom: Es un intento de demostrar las conexiones entre ellos por encima de las diferencias de tiempo y de espacio. Sucede que la historia de la música nos la explican por fragmentos, pero el mundo no cambia de repente. Se dice que Chopin es un músico romántico porque vivió en el siglo XIX, aunque en realidad es mitad clásico, mitad romántico. De hecho, si Mozart hubiera vivido 70 años, habría podido conocer a Chopin.

B.C. En qué se parecen estos tres músicos?
J.C.
Los referentes de Chopin son Bach y Mozart y Chopin tocaba a diario "El clave bien temperado". Hay muchas similitudes en cromatismos, en estructuras ... Resulta que entre el Barroco y el Romanticismo no hay tanta distancia. Chopin está más lejos de nosotros que Bach de él.

B.C. El programa del concierto alterna las piezas de Chopin con las de Bach y Mozart. Es para reforzar este efecto de contraste?
J. C.
Efectivamente. Es un programa pensado para ilustrar una idea que me gusta y que me divierte. Pero la idea se tiene que demostrar tocando. El academicismo nos prescribe cómo se debe tocar cada compositor, pero estas pautas, comparadas con lo que históricamente se hacía, son bastante discutibles. La rigidez con la que se toca Chopin no se corresponde a la época. Había mucha más libertad, y se improvisaba. El concierto es un intento de recuperarlo.

B.C. ¿También habrá improvisación?
J. C.
Un poco. Pero no pretendo en absoluto pasarme de listo. Serán más bien pequeños enlaces entre fragmentos diversos. Realmente, será muy moderado respecto a lo que sabemos que se hacía en el siglo XIX.

B-C. El programa también incluye una pieza de Granados, El pelele. ¿Cómo encaja dentro de la idea general del concierto?
J.C.
Granados tiene una influencia muy grande de Chopin. Como es el aniversario de la muerte de Granados, yo me quería sumar a los homenajes, pero de forma que, de alguna manera, se respetara Chopin como hilo conductor. La pieza de Granados, El pelele, cierra la primera parte, después de la Gran Polonesa Brillante de Chopin, y ambas comparten ese aire de ligereza, de salón. La estructura rítmica también es muy parecida. Con Chopin se pueden hacer estos juegos.

B.C. ¿Qué valoración se puede hacer de la celebración del centenario, ahora que está terminando el año Granados?
J. C.
En realidad, no se está acabando, porque el próximo año es el centenario del nacimiento. Pero siempre son positivas estas celebraciones. En mi caso, me ha impulsado a tocar obras estimables de él que nunca antes había tocado.

B.C. ¿Está suficientemente reconocido Chopin hoy en día, en este mundo donde parece que la música romántica pierde terreno hacia el Barroco?
J. C.
Yo creo que sí está suficientemente reconocido, aunque quizás no es tan popular como hace dos o tres generaciones, porque siempre hay modas. Ahora se ha abierto el mercado de la música barroca y parece que hemos descubierto la pólvora. Pero yo creo que Chopin, como Bach, nunca pasará de moda, porque tiene unas características que hacen que su música siempre llegue a la gente. En eso se parece a Mozart, quien decía que quería hacer música suficientemente elaborada como para que interesara a los colegas y bastante directa como para que gustara a los que no saben nada de música.

B.C. Además de este programa de Chopin, ¿en qué proyectos más estás trabajando?
J. C.
Después de Barcelona tengo un recital en Freiburg, en Alemania, con un programa de música española. También un proyecto discográfico con las sonatas de Beethoven. Y me gustaría volver a retomar repertorio antiguo, como, por ejemplo, las sonatas 2 y 3 de Chopin. El repertorio se escoge como se escogen los amigos.

B.C. ¿Qué hitos dirías que han marcado tu carrera?
J. C.
No he tenido la sensación de llegar a ninguna parte. Más bien son etapas.

B.C. ¿Y en qué etapa te encuentras ahora?
J. C.
Diría que de liberación de ciertas respuestas que me habían dado. Sigo cuestionándome todo lo que he aprendido.

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